viernes, 21 de diciembre de 2012

"Las mañanas de la 1" y sus ideas delirantes.


Cómo las ideas del Gobierno influyen en los comentarios de los profesionales de los medios públicos. 

Y ahí estaba yo, la mañana del pasado jueves 20 de diciembre de 2012, haciendo zapping a eso de las 12:15 a.m. Y, tras un rápido barrido por un sinfín de canales a cada cual más deprimente y superficial, decidí dejar el programa presentado por Mariló Montero, “Las mañanas de la 1”.

 Treinta segundos más tarde, tras prestarle un mínimo de atención, comenzó mi controversia. En primer lugar, porque no había rastro de la mencionada presentadora, Mariló Montero.  ¡Uf!,-pensé, por fin TVE toma algún tipo de medida decente, destituyendo de la pequeña pantalla a una persona que en un segundo echa por tierra el trabajo de sensibilización y concienciación realizado durante décadas por el Sistema Sanitario y sus equipos de trasplantes. Haciendo referencia a sus perlitas sobre “el alma de la persona que dona un órgano se va agarradito del mismo y se trasplanta en la persona receptora” y su consiguiente negativa a disculparse debidamente.  Desgraciadamente, minutos más tarde sus compañeros, con cierto aire de desgana, recordaban que sólo estaba enferma y que por eso estaba siendo sustituida por la segunda de a bordo, Inés Paz.

 Así que, tras descubrir tan desagradable hecho, no pude añadirlo a la lista de novedades realizadas en TVE por la actual dictadura, qué diga, Gobierno. Recordemos sus propuestas –llevadas a la práctica- de volver a retransmitir corridas de toros o, la mejor y más innovadora,  dedicar sus correspondientes horas televisadas a la liturgia católica, protagonizada por retrógrados y misóginos curas que aprovechan la plataforma pública para soltar todo tipo de afirmaciones discriminatorias contra las mujeres que deciden abortar, contra los homosexuales... Y sí, digo “los homosexuales” y no incluyo a las lesbianas porque teniendo en cuenta las premisas de las que parte esta religión, en la que en todo momento la mujer está subordinada al hombre, las mujeres lesbianas al ser mujeres y no estar ligadas por vínculo matrimonial a ningún maromo pues, simplemente, no existen. –Por eso todo esto que estoy escribiendo es fruto de la imaginación de la persona que lo lee, yo no existo, soy invisible-.

 Para argumentar esto, podría decirse que el Gobierno se aferra con uñas y dientes al artículo 16.3 de la Constitución Española: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Una de tantas concesiones que hace esta Constitución a determinados sectores de la población, la Iglesia en este caso, u otros como las concesiones a aquellas personas que ocupan cargos políticos.

  No obstante, sigo con el programa. Comenzó entonces la sección “la cocina de la 1”. Para el que no haya tenido la “fortuna” de verlo es un espacio dirigido por el cocinero Sergio Fernández en el que prepara platos sencillos y  sanos sirviéndose como ayudantes de cocina de la presentadora del programa, en este caso Inés Paz; de la doctora Ana Bellón, quien aconseja sobre alimentación y además responde a las preguntas planteadas por el tercero de los ayudantes, el periodista, Ciudadano García, “la voz de los televidentes”.  Sin embargo, antes de continuar con la conversación motivadora de este post y sin tener la intención de menospreciar la capacidad y el talento del cocinero Sergio Fernández me pregunto, si tradicionalmente las mujeres han sido las encargadas de todo lo relacionado con “la cocina” y concretamente de la elaboración de los platos, ¿por qué el cocinero es un hombre? Si en la “familia tradicional” las mujeres han sido siempre las encargadas de cocinar y no se les ponía categoría laboral ya que, al fin y al cabo, esa era una de las miles de tareas que le correspondían como mujer, madre y esposa, ¿por qué desde que se regularizó la profesión el término correcto es “chef”? ¿Por qué las mujeres son cocineras –en la intimidad de sus hogares- y cuando lo hacen los hombres, en el ámbito público, son “chefs”? ¿Cómo es posible que en España, de la casi decena de restaurantes o chefs que han sido galardonados con la Estrella Michelín sólo una es una mujer? 


Las mañanas de la 1 y sus ideas delirantes.

Reflexiones a parte, quiero centrarme en el programa. Y aquí presento el fragmento transcrito, tras haberlo visualizado varias veces,  y que no es más que el fiel reflejo de lo absurda que puede ser la mente humana.




Ciudadano: “Ruth, desde Italia dice, ¿se pueden consumir especias durante el embarazo? […] está en el primer trimestre y le encanta el curri. Y luego tenemos a Sonia, que está embarazada de tres semanas y le encanta la comida asiática […] y quería saber si puede comer, por ejemplo, cilantro […]. Pero ha oído que el cilantro puede provocar contracciones […].

Ana:” […] Sí, en el embarazo se pueden tomar especias pero siempre en cantidad moderada. Por ejemplo lo del cilantro o el perejil […], sí que en grandes cantidades favorece las contracciones del útero y puede ser abortivo, pero estamos hablando de grandes cantidades […]”.

En este momento empiezan a hablar todos porque a Ana se le está quemando el ajo que estaba sofriendo.

Ciudadano: “¿Entonces el cilantro qué?”.

Ana: “Sí, en cantidades normales, como lo usamos en la cocina normalmente […]. Y nada que vaya fenomenal ese embarazo y, sobre todo, ese parto”.

Sergio: “Claro que sí”.

Ana: dirigiéndose a Sergio-,” ¿y tú qué sabes?”.

Sergio: “No, no… “.

Inés: “Bueno, él lo ha vivido como papá”. –Y aquí empieza la fiesta-.

Sergio: “Los padres lo pasan casi  PEOR que las madres”.

Inés: “No, peor no”.

Ciudadano: “Ahora con la epidural, ¡lo pasamos peor los padres!”.

Inés: “Ya os quisiera ver yo ahí. Yo no lo sé, eh, que no lo he pasado”.

Sergio: “Y la otra también”.

Inés: “Bueno pero yo a lo mejor un día lo paso y tú no. Mucho tiene que cambiar”.

Ana: “Eso seguro”.

Sergio: “No, no, no, yo ya lo pasé”.

Ana: “¿Cómo que lo pasaste?”.

Inés: “A ver, ¿tú has tenido una barriga de aquí a esa pantalla durante 9 meses?”.

Sergio: “No, pero he acompañado durante el proceso”.

Ciudadano: “Yo estoy en el proceso”, -dice señalándose la barriga.

Ana: “Pero la barriga es lo más bonito. De hecho los padres envidian muchas veces la barriga.

[…]”.

Ciudadano: “Pero nauseas yo sí que pasé en mis embarazos de mis dos niños”.

Ana: “Pero eso es psicológico”.

Ciudadano: “Bueno, sea lo que sea yo las pasé”.

  A ver, pasando por alto la hermandad que surge entre los dos hombres para defender su posturas como padres y “acompañantes” del proceso y de haber sufrido nauseas… -que está muy bien que haya sido así, pero tampoco nos vamos a pasar el día dándoles palmaditas en la espalda-, ¿es esto un mensaje subliminar de este gobierno, y más concretamente, del Ministro de In-Justicia para promover la natalidad en España? ¿No sólo le vale con intentar legislar de manera autoritaria sobre el cuerpo y las decisiones que tomamos las mujeres sino que su mensaje ha calado tan hondo que les permite a estos señores decir estas cosas? ¿De verdad tenemos que dar las gracias a Fidel Pagés Miravé por haber descubierto la anestesia epidural y proporcionarnos así unos partos menos dolorosos? De paso, también le daremos las gracias a quien haya decidido que las mujeres debemos parir en una posición no natural, es decir, tumbadas con las piernas en alto para facilitar el trabajo “del médico”. O también le podemos dar las gracias a todos esos médicos que a lo largo de los siglos ni siquiera se lavaban las manos cuando iban a atender un parto provocando así miles y miles de muertes por infecciones. Menos mal que Inés Paz puso un poco de cordura. Se me erizan hasta las pestañas imaginando las aportaciones que hubiera hecho Mariló Montero.




Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.  Título III: Igualdad y medios de comunicación.

Art.37. “Corporación RTVE”: “La Corporación RTVE, en el ejercicio de su función de servicio público, perseguirá en su programación los siguientes objetivos: A.- Reflejar adecuadamente la presencia de las mujeres en los diversos ámbitos de la vida social.

 B.- Utilizar el lenguaje en forma no sexista.

C.- Adoptar, mediante la autorregulación, códigos de conducta tendentes a transmitir el contenido del principio de igualdad.

D.- Colaborar con las campañas institucionales dirigidas a fomentar la igualdad entre mujeres y hombres y a erradicar la violencia de género.


21 de diciembre de 2012.

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