jueves, 27 de diciembre de 2012

Extra de maquillaje estadístico para las víctimas de violencia de género



O de como los datos oficiales de las instituciones del Gobierno y los datos reales de las organizaciones feministas se contradicen.
 
A penas faltan 4 días para que finalice este año 2012. Este desastroso año que se puede definir utilizando términos como “crisis”, “estafa”, “copago”, “repago”, “tazaso”, “desahucios”, “suicidios”, “recortes”, “huelgas”, “corrupción política”…  Vamos, el año internacional del desmantelamiento del Estado de Bienestar por unas/os vanidosas/os y corruptas/os gobernantes, tanto nacionales como internacionales, que han decidido que nuestras vidas son su mercancía y con ellas comercian como si no nos diéramos cuenta.



En estas fechas, además del desfasado e hipócrita mensaje del Rey, al que afortunadamente hace caso menos gente cada año, comienzan a ver la luz los resúmenes, noticias y estadísticas sobre los acontecimientos más relevantes del año. Entre ellos se encuentran datos relacionados con el empleo, con el número de desahucios, con el número de jóvenes que han tenido que abandonar el país para buscarse la vida… En definitiva, números que reflejan de manera cuantitativa como va la situación del país pero que no reflejan datos cualitativos como el dolor, sufrimiento, ansiedad y desesperación por el que está pasando la ciudadanía de este país.



Pero no es mi intención hablar de lo que acontece estos días en los medios de comunicación –pues cualquiera que disponga de unos minutos y aún le quede estómago para saber lo que sucede en nuestro país, o lo que quieren contarnos, puede echar un vistazo a la red, a la televisión…-. El objetivo de este post es centrar la atención en los informes y datos estadísticos que aparecen estos días, recogidos a lo largo del año 2012, y que tienen que ver con la consecuencia más extrema de violencia de género, es decir, con las víctimas de dicha violencia que han pagado con su vida el estar inmersas en esta cultura patriarcal. Las mujeres y sus hijas/os a las que se les ha arrebatado la vida, como de las relaciones de desequilibrio de poder que se producen entre hombres y mujeres y en la que las víctimas, -le pese a quien le pese- son las mujeres.



Esta mañana del 27 de diciembre de 2012, aparecía el períodico digital 20minutos.es una noticia titulada “Sólo 8 de las 46 mujeres asesinadas este año por violencia de género, había denunciado”. Y con sólo leer el titular ya empezó el tradicional escalofrío cuando intuyo que lo que voy a leer en las siguientes líneas va a crearme una serie de preguntas que tardaré en poder responder. Porque, vamos a ver, ¿qué significa eso de 8 de 46 habían denunciado? Soy muy retorcida o se está diciendo, entre líneas y de una manera frívola, que las mujeres han muerto porque no denunciaron lo suficiente. –Aunque claro, tal y como afirman los forofos de este Gobierno “las víctimas de violencia de género están denunciado por encima de sus posibilidades”. Continuo esperando el día en el que esos forofos interioricen que a las mujeres se nos está agrediendo a diario por encima de las posibilidades de cualquiera-.



Cierto es que las denuncias y las medidas de protección son un instrumento incuestionable para proteger la vida de las mujeres y sus allegados pero, ¿no es igual de cierto que si este gobierno se ha dedicado en los últimos 12 meses a desmantelar todo el sistema de protección y atención integral a las víctimas de violencia de género, estas no podrán hacer uso del mismo? ¿No se dan cuenta de que estas mujeres no sólo están siendo víctimas a manos de sus parejas sino también a manos de las instituciones? ¿O que son víctimas de las medidas de algunos ministros que hacen que la justicia sea de “repago”? O simplemente, quien haya escrito este artículo ¿no se da cuenta de la situación psicológica de miedo, terror y shock en la que se encuentran las mujeres víctimas de violencia de género?

Datos reales /datos oficiales de las víctimas de violencia de género 2012.

Viñeta: "Yo no soy feminista pero"... "Simplemente pasando por ser decorativas es un poco aburrido". "En realidad, yo realmente soy feminista".


Dejando esas cuestiones de lado –por el momento- y otra tan básica como que sólo en el título del artículo se habla de “víctimas” y en el resto de la noticia se habla de “muertas”, cuando es más que obvio que sí, desgraciadamente están muertas pero si lo están es porque es el resultado final de ser ASESINADAS. Ya sabemos que las mujeres han fallecido pero es preciso dejar claro que han fallecido porque algún hombre LAS HA MATADO. En dicho artículo no se refleja que son víctimas de la violencia de género, son fríos números y datos estadísticos, son mujeres que han muerto. Pero, además, ¡oh qué suerte!, “es el año en el que menos mujeres han muerto por violencia de género desde 2003, según el Ministerio”, dice la noticia. Y ahí es donde yo quería llegar.



Cuando se habla de los datos relacionados con las víctimas de violencia de género nos enfrentamos con el binomio datos oficiales/datos reales, y el dominio del maquillaje estadístico que tiene, en este caso en concreto, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.  Según la RAE –sí, sé que quienes componen dicha Academia tiene un carnet del club “Misogino-men” y que las definiciones que proponen están cargadas de prejuicios machistas y obsoletos, pero es lo que tenía más a mano-, en su edición online el significado de la palabra Oficial es: “Que es de oficio, o sea que tiene autenticidad y emana de la autoridad derivada del Estado, y no particular o privado”. O sea, lo que dicen las Instituciones del Estado, lo cual en este momento es un poco contradictorio teniendo en cuenta la falta total de credibilidad de quienes gobiernan. Y, por otro lado, define la palabra “real” como: “que tiene existencia verdadera y efectiva”. Entiéndase, lo que realmente sucede.



¿Y por qué hago esta aclaración? Ahí va la respuesta. Según datos oficiales del Gobierno de España, el número de víctimas de violencia de género en lo que va de 2012 asciende a la terrible cantidad de 46 mujeres. Para determinar dicha cantidad el Gobierno usa como parámetros la definición que aparece en la Ley Orgánica 1/2004 de Protección Integral de las víctimas de violencia de género. Concretamente en el artículo 1º en la que entiende como Violencia de Género la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”. Es decir, que utiliza como argumento el que la víctima mantenga o haya mantenido algún vínculo afectivo con el agresor.



Pero, según datos Reales de la Red Estatal de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género, el total de víctimas de violencia de género cuyos casos se conocen han sido de 72. Es decir, 26 mujeres de diferencia. ¿Y esto por qué ocurre? Pues porque la Red Feminista utiliza en su sistema para computar aquellos casos cuyas características –tras hacer las comprobaciones pertinentes- se ajustan a la recogida en la definición de” Violencia contra la Mujer” que recoge la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer / Resolución de la Asamblea General de 48/104 del 20 de diciembre de 1993. Y en la que se computan todos los casos de violencia de género, incluidos los producidos por asalto sexual con resultado de muerte o como consecuencia del tráfico de mujeres o prostitución, etc. Es decir, que incluye otras formas de violencia de género como la prostitución, la trata de mujeres, las agresiones sexuales, además de tener en cuenta otros datos –aunque no computen- como los de “víctimas indirectas” de estos casos que normalmente se corresponden con terceras personas: vecinas/os que intentan proteger a la víctima, familiares, etc.



Es decir, que ni los datos abalados por el Gobierno son tan buenos como quieren hacernos creer –y no lo serán hasta que no dejen de existir muertes de mujeres por el simple hecho de serlo- ni son tan reales como nos quieren vender. Son datos oficiales, dotados de alguna credibilidad y determinados según parámetros muy cerrados limitados por vínculos afectivos con el agresor. La realidad está en la calle, en la sociedad, en el día a día y los datos resultantes de dicha realidad no se registran en ninguna estadística. Mujeres que se suicidan como resultado de relaciones marcadas por el machismo y la consiguiente violencia en la pareja; mujeres que pierden todo y en muchos casos la vida como resultado de la estructura patriarcal en la que se sustenta este sistema y en la que las mujeres ocupamos el último escalón; mujeres que enferman de manera crónica ya que las leyes actuales son incapaces de darle respuestas a sus situaciones. En resumen, mujeres invisibles.



No obstante, además de tanto los datos oficiales como los reales que conocemos, no podemos olvidarnos del resto de víctimas de esta desastrosa lacra social que es el machismo: las hijas e hijos de estas mujeres, que no sólo pierden a su madre sino que deben cargar el resto de sus vidas con que sus padres son unos asesinos; así como el resto de familiares, amigas/os y conocidas/os de las víctimas cuyas vidas quedan marcadas para siempre. Y tampoco debemos olvidarnos de las feministas, que sabemos no sólo que detrás de cada uno de estos terroríficos casos existen muchas vidas, sino que conocemos y hemos dejado claro a lo largo de la Historia que hasta que quienes gobiernan, legislan y toman decisiones desde sus altos cargos no se conciencien del este problema y tengan en cuenta las propuestas existentes para luchar contra semejante situación, las muertes y sus efectos colaterales jamás terminarán.


27 de diciembre de 2012.

viernes, 21 de diciembre de 2012

"Las mañanas de la 1" y sus ideas delirantes.


Cómo las ideas del Gobierno influyen en los comentarios de los profesionales de los medios públicos. 

Y ahí estaba yo, la mañana del pasado jueves 20 de diciembre de 2012, haciendo zapping a eso de las 12:15 a.m. Y, tras un rápido barrido por un sinfín de canales a cada cual más deprimente y superficial, decidí dejar el programa presentado por Mariló Montero, “Las mañanas de la 1”.

 Treinta segundos más tarde, tras prestarle un mínimo de atención, comenzó mi controversia. En primer lugar, porque no había rastro de la mencionada presentadora, Mariló Montero.  ¡Uf!,-pensé, por fin TVE toma algún tipo de medida decente, destituyendo de la pequeña pantalla a una persona que en un segundo echa por tierra el trabajo de sensibilización y concienciación realizado durante décadas por el Sistema Sanitario y sus equipos de trasplantes. Haciendo referencia a sus perlitas sobre “el alma de la persona que dona un órgano se va agarradito del mismo y se trasplanta en la persona receptora” y su consiguiente negativa a disculparse debidamente.  Desgraciadamente, minutos más tarde sus compañeros, con cierto aire de desgana, recordaban que sólo estaba enferma y que por eso estaba siendo sustituida por la segunda de a bordo, Inés Paz.

 Así que, tras descubrir tan desagradable hecho, no pude añadirlo a la lista de novedades realizadas en TVE por la actual dictadura, qué diga, Gobierno. Recordemos sus propuestas –llevadas a la práctica- de volver a retransmitir corridas de toros o, la mejor y más innovadora,  dedicar sus correspondientes horas televisadas a la liturgia católica, protagonizada por retrógrados y misóginos curas que aprovechan la plataforma pública para soltar todo tipo de afirmaciones discriminatorias contra las mujeres que deciden abortar, contra los homosexuales... Y sí, digo “los homosexuales” y no incluyo a las lesbianas porque teniendo en cuenta las premisas de las que parte esta religión, en la que en todo momento la mujer está subordinada al hombre, las mujeres lesbianas al ser mujeres y no estar ligadas por vínculo matrimonial a ningún maromo pues, simplemente, no existen. –Por eso todo esto que estoy escribiendo es fruto de la imaginación de la persona que lo lee, yo no existo, soy invisible-.

 Para argumentar esto, podría decirse que el Gobierno se aferra con uñas y dientes al artículo 16.3 de la Constitución Española: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Una de tantas concesiones que hace esta Constitución a determinados sectores de la población, la Iglesia en este caso, u otros como las concesiones a aquellas personas que ocupan cargos políticos.

  No obstante, sigo con el programa. Comenzó entonces la sección “la cocina de la 1”. Para el que no haya tenido la “fortuna” de verlo es un espacio dirigido por el cocinero Sergio Fernández en el que prepara platos sencillos y  sanos sirviéndose como ayudantes de cocina de la presentadora del programa, en este caso Inés Paz; de la doctora Ana Bellón, quien aconseja sobre alimentación y además responde a las preguntas planteadas por el tercero de los ayudantes, el periodista, Ciudadano García, “la voz de los televidentes”.  Sin embargo, antes de continuar con la conversación motivadora de este post y sin tener la intención de menospreciar la capacidad y el talento del cocinero Sergio Fernández me pregunto, si tradicionalmente las mujeres han sido las encargadas de todo lo relacionado con “la cocina” y concretamente de la elaboración de los platos, ¿por qué el cocinero es un hombre? Si en la “familia tradicional” las mujeres han sido siempre las encargadas de cocinar y no se les ponía categoría laboral ya que, al fin y al cabo, esa era una de las miles de tareas que le correspondían como mujer, madre y esposa, ¿por qué desde que se regularizó la profesión el término correcto es “chef”? ¿Por qué las mujeres son cocineras –en la intimidad de sus hogares- y cuando lo hacen los hombres, en el ámbito público, son “chefs”? ¿Cómo es posible que en España, de la casi decena de restaurantes o chefs que han sido galardonados con la Estrella Michelín sólo una es una mujer? 


Las mañanas de la 1 y sus ideas delirantes.

Reflexiones a parte, quiero centrarme en el programa. Y aquí presento el fragmento transcrito, tras haberlo visualizado varias veces,  y que no es más que el fiel reflejo de lo absurda que puede ser la mente humana.




Ciudadano: “Ruth, desde Italia dice, ¿se pueden consumir especias durante el embarazo? […] está en el primer trimestre y le encanta el curri. Y luego tenemos a Sonia, que está embarazada de tres semanas y le encanta la comida asiática […] y quería saber si puede comer, por ejemplo, cilantro […]. Pero ha oído que el cilantro puede provocar contracciones […].

Ana:” […] Sí, en el embarazo se pueden tomar especias pero siempre en cantidad moderada. Por ejemplo lo del cilantro o el perejil […], sí que en grandes cantidades favorece las contracciones del útero y puede ser abortivo, pero estamos hablando de grandes cantidades […]”.

En este momento empiezan a hablar todos porque a Ana se le está quemando el ajo que estaba sofriendo.

Ciudadano: “¿Entonces el cilantro qué?”.

Ana: “Sí, en cantidades normales, como lo usamos en la cocina normalmente […]. Y nada que vaya fenomenal ese embarazo y, sobre todo, ese parto”.

Sergio: “Claro que sí”.

Ana: dirigiéndose a Sergio-,” ¿y tú qué sabes?”.

Sergio: “No, no… “.

Inés: “Bueno, él lo ha vivido como papá”. –Y aquí empieza la fiesta-.

Sergio: “Los padres lo pasan casi  PEOR que las madres”.

Inés: “No, peor no”.

Ciudadano: “Ahora con la epidural, ¡lo pasamos peor los padres!”.

Inés: “Ya os quisiera ver yo ahí. Yo no lo sé, eh, que no lo he pasado”.

Sergio: “Y la otra también”.

Inés: “Bueno pero yo a lo mejor un día lo paso y tú no. Mucho tiene que cambiar”.

Ana: “Eso seguro”.

Sergio: “No, no, no, yo ya lo pasé”.

Ana: “¿Cómo que lo pasaste?”.

Inés: “A ver, ¿tú has tenido una barriga de aquí a esa pantalla durante 9 meses?”.

Sergio: “No, pero he acompañado durante el proceso”.

Ciudadano: “Yo estoy en el proceso”, -dice señalándose la barriga.

Ana: “Pero la barriga es lo más bonito. De hecho los padres envidian muchas veces la barriga.

[…]”.

Ciudadano: “Pero nauseas yo sí que pasé en mis embarazos de mis dos niños”.

Ana: “Pero eso es psicológico”.

Ciudadano: “Bueno, sea lo que sea yo las pasé”.

  A ver, pasando por alto la hermandad que surge entre los dos hombres para defender su posturas como padres y “acompañantes” del proceso y de haber sufrido nauseas… -que está muy bien que haya sido así, pero tampoco nos vamos a pasar el día dándoles palmaditas en la espalda-, ¿es esto un mensaje subliminar de este gobierno, y más concretamente, del Ministro de In-Justicia para promover la natalidad en España? ¿No sólo le vale con intentar legislar de manera autoritaria sobre el cuerpo y las decisiones que tomamos las mujeres sino que su mensaje ha calado tan hondo que les permite a estos señores decir estas cosas? ¿De verdad tenemos que dar las gracias a Fidel Pagés Miravé por haber descubierto la anestesia epidural y proporcionarnos así unos partos menos dolorosos? De paso, también le daremos las gracias a quien haya decidido que las mujeres debemos parir en una posición no natural, es decir, tumbadas con las piernas en alto para facilitar el trabajo “del médico”. O también le podemos dar las gracias a todos esos médicos que a lo largo de los siglos ni siquiera se lavaban las manos cuando iban a atender un parto provocando así miles y miles de muertes por infecciones. Menos mal que Inés Paz puso un poco de cordura. Se me erizan hasta las pestañas imaginando las aportaciones que hubiera hecho Mariló Montero.




Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.  Título III: Igualdad y medios de comunicación.

Art.37. “Corporación RTVE”: “La Corporación RTVE, en el ejercicio de su función de servicio público, perseguirá en su programación los siguientes objetivos: A.- Reflejar adecuadamente la presencia de las mujeres en los diversos ámbitos de la vida social.

 B.- Utilizar el lenguaje en forma no sexista.

C.- Adoptar, mediante la autorregulación, códigos de conducta tendentes a transmitir el contenido del principio de igualdad.

D.- Colaborar con las campañas institucionales dirigidas a fomentar la igualdad entre mujeres y hombres y a erradicar la violencia de género.


21 de diciembre de 2012.

jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Por qué la violencia contra los hombres no es violencia de género?

Hablar de machismo, no es sólo hablar de hombres, pero hablar de violencia de género sí es hablar de violencia contra mujeres.


Empieza a desesperarme esa insistencia que tienen algunas personas que, al hablar de violencia de género, se empeñan en incluir tanto la violencia ejercida desde un hombre hacia una mujer como desde una mujer hacia un hombre. El problema no es sólo que dichas personas le están otorgando a la expresión "violencia de género" las característicias y elementos que, dicho claramente, les da la real gana; sino que con ello lo que están consiguiendo es justificar y reforzar la mirada "androcéntrica" del mundo que hemos ido aprendiendo, de manera directa e indirecta, desde el mismo momento en el que nacemos. E incluso antes. 

Por ello y porque estoy harta de pasarme horas contraargumentando con personas que se amparan en la idea del "pero es que hay mujeres que también pegan a sus parejas" o "hay hombres a los que sus mujeres también les agreden", me he tomado la libertad de presentar hoy un pequeño artículo que he encontrado en el blog de "especialistaenigualdad" y  en el que se explica de manera clara y concisa qué es y qué no es violencia de género.
 

Aunque las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a hombres como a mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. El 70% de las mujeres que mueren en el mundo mueran a manos de sus parejas, exparejas u hombres de su círculo familiar. El nº de muertes de hombres a manos de mujeres con esos vínculos no llega al 4%.

Los estudios sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo masculino.


Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el sólo hecho de ser mujer. La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar el delito, de acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio de poder que supone, en las siguientes categorías: violación sexual e incesto, asedio sexual en el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia en el ámbito familiar y en las relaciones de pareja. (Cifras deONU Mujeres y texto de Sonia Vaccaro)

Cuando hablamos de Violencia, remitimos a una desigualdad de poder, a una relación asimétrica, donde las diferencias son jerárquicas. Esto es: lo que en una parte se ve como degradante, en la otra se transforma en signo de fortaleza y poder.En este sentido, diferenciamos:- VIOLENCIA: Toda relación asimétrica, donde una de las partes se cree superior a la otra y como tal busca el control y el sometimiento de quien/es considera inferior/es- AGRESIVIDAD: puede ser auto agresión o heteroagresión. No existe asimetría ni desigualdad de poderes. No busca ni el control ni el sometimiento. No considera inferior a la otra parte ni se considera con privilegios superiores. La agresividad sirve para impulsar a las personas a pasar a la acción, a defenderse de un ataque, a ponerse a salvo frente al peligro.


La violencia de género es una problemática compleja, estructural, cuya existencia se funda básicamente en la desigualdad jerárquica que existe entre hombres y mujeres, desigualdad que viene construida culturalmente y que es legitimada y reproducida por las propias estructuras sociales, y en estas estructuras sociales están hombres y mujeres que mantienen, legitiman y transmiten esa desigualdad. Hablar de machismo no es solo hablar de hombres, pero hablar de violencia de género sí es hablar de violencia contra mujeres.

Desde la Declaración de la ONU sobre Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, aprobada el 20 de diciembre de 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se utiliza el término “violencia de género o violencia contra las mujeres”, para referirse a “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se  producen en la vida pública o privada”.
 
Posteriormente, en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Pekín en el año 1995, se nombró el término violencia de género, para explicitar que “la violencia contra la mujer impide el logro de los objetivos de la igualdad de desarrollo y Paz, que viola y menoscaba el disfrute de los deberes y derechos fundamentales” instando a todos los Gobiernos a “adoptar medidas para prevenir y eliminar esta forma de violencia”.

En el año 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas, estableció que la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones a los derechos humanos  más sistemáticas y extendidas. Está arraigada en estructuras sociales construidas en base al género más que en acciones individuales o acciones al azar; trasciende  límites de edad, socio económicos, educacionales y geográficos; afecta a todas las sociedades; y es un obstáculo importante para eliminar la inequidad de género y la discriminación a nivel global.
 
Así se considera en españa y en 124 países más, que han incorporado a sus legislaciones con más o menos detalle esta definición. Pueden existir múltiples violencias y no todas se contemplan, por ejemplo la violencia institucional o la violencia obstétrica, pero sí hay un grueso reconocido bajo diferentes tipos penales (feminicidio, femicidio, violencia familiar, violencia intrafamiliar, violencia de género...).

En España, siguiendo la normativa mundial y europea y conforma a la instrucción de la ONU, introdujo paulatinamente varios cambios normativos en el Código Penal, culminando con la aprobación en el año 2004 de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, la cual establece que se considera violencia de género:

  • a) Violencia física, que incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o daño, ejercida por quien sea o haya sido su cónyuge o esté o haya estado ligado a ella por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia.

  • b) Violencia psicológica, que incluye toda conducta, verbal o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento, a través de amenazas, humillaciones o vejaciones, exigencia de obediencia o sumisión, coerción, insultos, aislamiento, culpabilización o limitaciones de su ámbito de libertad, ejercida por quien esté o haya estado ligado a ella por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia.

  • c) Violencia económica, que incluye la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la pareja.

  • d) Violencia sexual y abusos sexuales, que incluyen cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el (presunto) agresor o no consentida por la mujer, abarcando la imposición, mediante la fuerza o con intimidación, de relaciones sexuales no consentidas, y el abuso sexual, con independencia de que el (presunto) agresor guarde o no relación conyugal, de pareja, afectiva o de parentesco con la víctima.

PD: Antes de terminar incluso de editar este pequeño post ya han comenzado los comentarios de "personas" que insisten en su argumento de englobar a hombres y mujeres como víctimas de la violencia de género. Ante esto, y suponiendo que dichas personas se habrán leído el documento sólo cabe decir una expresión utilizada por una muy buena amiga mía: ¡¡COMPRENSIÓN LECTORA!!

lunes, 10 de diciembre de 2012

La publicidad sexista y sus estrategias.

De nuevo las grandes empresas y quienes llevan su publicidad han conseguido sacar lo peor de sí mismas. Esta mañana, nada más conectarme a Internet, me encontré de frente con el revuelo –más que justificado- armado por el spot publicitario de la empresa Desigual.


¿Cómo no hacer referencia a semejante desfachatez? Para quien no lo ha visto se lo resumiré brevemente. Aparece en la imagen de fondo, una habitación blanca muy mona y bien “desordenada-ordenada” con uno una cama desecha, un armario al fondo abierto en el que se ven colgada gran cantidad de ropa, una mesita, un sillón y, obviamente, ni un solo libro. En primera plana se presenta una chica de entre ¿30 y 35 años? No puedo precisarlo, la extrema delgadez de su cuerpo –respondiendo a los cánones de belleza que nos quieren imponer un par de misóginos enfermos- y sus rasgos delgados e inexpresivos no me lo permiten. El pelito mojado -despeinado-peinado- recién salida de la ducha y aparece comiéndose un dulce, luego fingiendo leer un periódico, etc. Las imágenes de la chica pasan muy rápido y en cada una de ellas se va poniendo una diminuta prenda de vestir, y venga pecho, pecho, pecho, movimiento de culito, culito, culito… bueno, "mover" lo que una talla 34 te permite y mientras tanto nos cuenta que tiene un plan para el año 2013. Al parecer quiere acostarse con un hombre muy guapo, según su descripción. Y ahí que empieza ella que si “me da igual lo que piensen las de contabilidad”, “me lo tiro ahora mismo” y luego “es mi jefe, sin prejuicios”… Yeaaaaahhhhh.


No, querida mía, si no pasa nada porque quieras acostarte con quien te dé la gana pero, ¿nadie se da cuenta cómo se está distorsionando la imagen de las mujeres? ¿Cómo le están dando "la vuelta a la tortilla"? Nos quieren vender la imagen de una mujer libre, independiente económica y laboralmente que quiere disfrutar plenamente de su sexualidad pero… claro, cumpliendo unos estereotipos. Chica mónisima de la muerte, que se acuesta con su jefe que es el que ha triunfado y bajo la tutela de quien ella está sometida, que tiene que hacer frente a las críticas de sus otras compañeras de trabajo porque ¡claro!, las mujeres siempre nos metemos en la vida de las demás porque somos unas envidiosas. En fin, ¡la fiesta del prejuicio y del estereotipo!


En resumen, otro ejemplo más de esa obcecación constante de quienes crean la publicidad, que no responde ni a la realidad, ni a las necesidades objetivas de las mujeres, sino que se limitan a relacionar nuestra felicidad y bienestar con una serie de productos que son, simplemente, objetos que alguien ha decidido que cubrirán nuestras necesidades básicas. Además, una vez superada esa publicidad en la que se explota el cuerpo de las mujeres –cosa que no ocurre en este anuncio- se nos intenta “destapar por dentro”. Es decir, unos hombres han decidido qué es lo que pensamos y debemos pensar las mujeres. Sí, sí, queridos míos, nuestro día a día se limita en saber si conseguiremos o no hoy acostarnos con alguno de ustedes. 


Afortunadamente minutos después encontré el “Informe sobre publicidad machista”, elaborado por el Colectivo “ConsumeHastaMorir” y que había sido publicado esta misma semana. Dicho informe hace un recorrido histórico por la imagen que se ha dado a las mujeres a lo largo de la historia en la publicidad y añade, además, tanto pautas para ayudarnos a realizar un análisis de la publicidad sexista así como todo un bloque sobre cómo elaborar la “contrapublicidad” actual. En definitiva, un informe muy completo que puede encontrarse fácilmente en la red.


Sin embargo, yo he querido centrarme únicamente en el recorrido histórico de la publicidad machista, que se presenta en dicho informe, a través de un conjunto de anuncios de las diferentes décadas.



Años 50: Anuncio de electrodomésticos.
Años 50: Anuncio de la marca Dormeyer.



«Esposas: Observad este anuncio con detenimiento. Señalad los productos que deseáis para estas Navidades. Enseñádselo a vuestros maridos. Si no van inmediatamente a la tienda, llorad un poco. No mucho, sólo un poco. Irán, irán. Maridos: Observad este anuncio con detenimiento. Apuntad lo que vuestra esposa quiere. Id a comprarlo antes de que ella empiece a llorar».

Anuncio dirigido al público masculino.



«Sóplale en la cara y ella te seguirá a cualquier sitio» propone este anuncio de puros. La  creatividad publicitaria al servicio de una relación de «dominación implícita» o «simbólica», dice Victoria Sendón de León (2007).

Puros Tipalet, años 50.

Anuncio años 50: Desodorante marca Dryad.

«Sola, porque no sabe que puede perder un amor, arruinar un romance, si ofende transpirando olor», dice otro anuncio de los años cincuenta, esta vez del desodorante Dryad. Y sin embargo, la foto del anuncio aún expresa más: una hermosa y joven mujer, con la  mirada perdida, juega triste al solitario con una baraja de cartas. El desodorante pasa de ser un simple producto de higiene a convertirse en llave de nuestras supuestas aspiraciones sociales.



Identificación: mujer y sexualidad.



La identificación recursiva de mujer y sexualidad es, en todo caso, un exponente más del control «social» y «universal» que se ejerce desde hace siglos sobre la sexualidad femenina (Puleo, 2007). "Este oscuro objeto de deseo".

Anuncio Ron Barceló_Años 90



Media Markt, 2004.
En la década de los 60 y 70, coincidiendo con el supuesto proceso de liberación sexual y la desmitificación del sexo, la nueva estrategia de la publicidad se centró en utilizar la imagen de la mujer como reclamo para producto de los hombres. Afortunadamente, las críticas realizadas por los movimientos feministas y la concienciación de la población han ido obligando a retirar este tipo de publicidad. Aunque, como veremos a continuación, las mentes más simples y sexistas han permitido que sigan llegando hasta nuestros días.


Anuncio de Mediamarkt, 2004:  

<<Verás las mejores delanteras del mundo» dice este anuncio de MediaMarkt, haciendo un juego de palabras con el pecho de las modelos.

Monitores BenQ, 2004:   

Dos supuestas seguidoras de la Copa UEFA festejan un gol y la acción del jugador que se ha quitado la camiseta para celebrarlo. Como respuesta a esto, lanzan su ropa interior al monitor (una de ellas la sostiene en la mano y la otra se está colocando la falda). "Porque con nuestros monitores la pasión por el fútbol se vive más intensamente. Disfruta del estilo de vida digital".

Monitores BENQ, 2004.

La sexualidad de la mujer publicitada ya no necesita cuerpos desnudos ni poses eróticas. Se juega incluso con la propia idea de belleza: «¿Desde cuándo a alguien le importa si eres bella por dentro?», dice este anuncio de un monovolumen con Carla Bruni de protagonista.


Intentos de representar a las mujeres con una fragilidad valiosa.


La mujer obra de arte de Gaultier y la mujer muñeca de Moschino son dos vertientes de la mistificación de la mujer hasta convertirla, no sólo en algo irreal sino, sobre todo, en algo pasivo, objetivable.





Otra estrategia ha sido: la guerra de sexos publicitaria.

Heineken, 2009.
Desde hace décadas, la guerra de géneros ha sido una de las estrategias preferidas por anunciantes y publicistas para reforzar una supuesta identidad de colectivo y mostrar las especificidades de cada género como distintas, incluso irreconciliables y opuestas. 

Más allá de la tradicional polarización de escenarios mujer-casa y hombre-espacio público, la guerra de géneros redunda sobre todo en aspectos anecdóticos, supuestamente incomprensibles para el otro sexo: «como eres mujer no comprendes lo importante que es para un hombre tener un almacén lleno de latas de cerveza».


La crisis de los cuidados.



Anuncio de Corporación Dermoestética: Pack especial madres. La compañía ofrece la posibilidad de seguir un tratamiento de adelgazamiento poco tiempo después del parto para “que recuperes tu figura”.

Corporación Dermoestética, período 2000.
Corporación Dermoestética nos recuerda que la presión social por el cuerpo perfecto es constante y que el tiempo de recuperación no natural de la figura de la mujer tiene un precio en el mercado como lo tiene cualquier otro producto. Pero además, el anuncio utiliza como eslogan una frase con importantes connotaciones: «Tu cuida de él, nosotros cuidaremos de ti».



Y mientras ellas recuperar su figura tras haber dado a luz ellos…"la publicidad masculina se orienta a la aventura, el deporte, la tecnología y el mundo del motor, pero el control social de estas actividades es menor: el hedonismo masculino, a pesar de posicionarse en un mayor individualismo, se justifica como un espacio de liberación tradicionalmente consentido.
 
Ese planteamiento individualista, que llega a presentarse en ocasiones como valores antisociales, entronca mejor sin embargo con un argumentario publicitario que ve en el hedonismo una buena estrategia comercial: “Libera el individualista que hay en ti”, dice el anuncio de un Cadillac todoterreno cuya compra es difícilmente justificable en base a la necesidad real de su uso como medio de transporte, básicamente en entorno urbano.
Cadillac
Y aquí termina este breve pero intenso recorrido por algunos anuncios publicitarios desde la década de los 50. Ahora sólo queda coger cualquier catálogo o ver un par de minutos la tele para echarnos las manos a la cabeza.