lunes, 12 de agosto de 2013

Películas lésbicas: lo limitado de sus finales



Finales de fábrica, sin sorpresas ni esperanzas.

En la anterior publicación osaba presentar un "esquema básico del desarrollo de una película de cine lésbico" atendiendo al perfil de sus protagonistas. Es decir, dependiendo de si una película está protagonizada por mujeres adultas o por chicas adolescentes la trama discurrirá, casi automáticamente, de una u otra manera. Así, sin margen de error.

Por ello, en el post de hoy explicaremos los posibles finales que puede tener una película de las catalogadas como "cine lésbico", "cine les", "lezmovie"... o como cada cual las codifique. Y es que ¿no es previsible que si la trama de estas películas suele responder a esquemas rígidos y fijos también lo hagan sus finales?
LIANNA, 1983.

Cuando en la época de los 90 y principios del nuevo milenio una quería satisfacer su curiosidad sobre películas en las que sus protagonistas fueran lesbianas -o que en el trasfondo hubiera algún personaje que lo fuera- las páginas webs irremediablemente te remitían a los clásicos... Clásicos ahora, en esa época era lo actual. Y así, una comenzaba viendo, ¡siempre con subtítulos! películas como Lianna (1983); Media hora más contigo (1985); La increíble y verdadera historia de dos chicas enamoradas (1995). 


No obstante, con el paso del tiempo y a medida que la visibilidad lésbica comenzaba a ser una realidad -no mucha, tampoco nos engañemos-, el cine más comercial empezó a realizar esfuerzos por intentar reflejar la "vida cotidiana" de nosotras, las lesbianas, en sus películas, hasta alcanzar uno de sus mayores éxitos con el bodrio titulado "Rosas Rojas" en el 2005. ¡Qué manera de derrochar topicazos, estereotipos..! ¡Con qué facilidad asume todo el mundo en esa película que las protagonistas son lesbianas! ¡Qué chicas más monas, femeninas y coquetas! ¿Por qué ninguna de las protagonistas es gorda? ¿O tiene un aspecto varonil? Vamos, que son dos chicas de esas que se hacen a base de mucho represión patriarcal: monísimas, cuidadas, extremadamente delgadas... Y entonces es cuando una llega a pensar que la industria del cine ha dicho "sí a la visibilidad lésbica" pero "no, a la realidad de las mujeres lesbianas". Son incapaces de asumirlo o, simplemente, no les interesa.

Hechas las matizaciones pertinentes concretemos los tipos de finales posibles para estas películas.


CLASIFICACIÓN BÁSICA DE LOS TRES TIPOS POSIBLES DE FINAL DE UNA PELÍCULA DE "TEMÁTICA LÉSBICA"


CASO 1: Una de las protagonistas debe morir.

Este tipo de final es más propio sobre todo de décadas anteriores, entre los 70 y los 90. En ellas, la trama suele ser intrincada y  la relación emocional entre las dos protagonistas es, realmente, agotadora. Ahora sí, ahora no, que si las presiones de la sociedad, que si la familia, que si las amistades te retiran el saludo... 
Tomates verdes fritos. 1991

Finales como este, son más propios de películas protagonizadas por dos mujeres adultas en las que una de las dos es una lesbiana visible y la otra una heterosexual casada... o recién divorciada y descubre su orientación sexual. Ocurre pues que, cuando parece que la película remonta y el amor va a fluir en cantidades ingentes, ya sea por la aceptación de la heterosexual de su lesbianismo o porque su entorno social lo acepta -después de haberla estado torturando durante 120 minutos de película, no vamos a negarlo-, quienes escriben los guiones deciden que una de las dos deben morir. La manera clásica es un accidente fortuito, esto es, atropellada por un conductor borracho, un ladrón de poca monta que quiere robarle... ¡variedades infinitas! O, para hacerlo más trágico, le provocan una enfermedad mortal de esas que acaban con tu vida en unos meses y ¡zasca!, se acabó lo que se daba. 

La pregunta está si este final es sólo para demostrar que la película ha sido bien clasificada cuando se la cataloga en "drama", o si, inconscientemente, nos están mandando un mensaje que dice: "sí, podeís ser lesbianas y vivir como tales, pero el no seguir los mandamientos patriarcales tiene sus consecuencias y, la más radical es la muerte". Una manera muy asquerosa de limpiar la conciencia de retrógrados reprimidos que no pueden dejar vivir a las demás como les plazca.


CASO 2: Ambas protagonistas mueren.

Aunque resulte paradójico este es el mejor final de los tres posibles para este tipo de películas porque... ¿qué necesidad hay de matar a una de las dos y dejar a la otra viva para sufra? No, lo siento, me niego a creerlo. 
Las hijas del botánico (2006)

Este tipo de final es más propio de películas en las que cuyas protagonistas son más jóvenes y la relación de amor suele fluye de una manera más espontánea. Ambas jóvenes descubren de la mano su orientación sexual y se dejan llevar sin tener en cuenta, al menos no de manera consciente, las consecuencias que su entorno les tiene preparada.

Las muertes de estas chicas se producen fundamentalmente por motivos religiosos y/o culturales... Donde las consecuencias de no actuar bajo el mandato patriarcal son castigadas con la muerte.


CASO 3: Ambas protagonistas viven.

En este caso debemos diferenciar dos subtipos.

En los clásicos encontramos el final ambas vivas pero separadas. Es decir, aunque las/os guionistas se apiadan de la vida de las protagonistas de sus historias y no las matan, una de las dos no podrá soportar la presión social y acaba abandonando a la mujer amada por un hombre con el que casarse y crear una bonita a la par que coqueta familia tradicional en la que probablemente su vida se convierta en un infierno. Pero oye, que al parecer para los expertos de la industria esto es mucho más convincente y práctico que pasarse el resto de su existencia disfrutando de un estilo de vida que probablemente le reporte mucho sufrimiento por el entorno, pero del que indudablemente obtendrá muchos más beneficios emocionales...

En las películas en las que esto ocurre aparece, desde el principio de la trama, algún que otro hombre que intenta conquistar el corazón de una de las dos chicas, para que luego no podamos decir que no cabía esa posibilidad.
ROSAS ROJAS (2005)
La otra alternativa posible dentro de este tipo de final es vivas, juntas y felices e incluso, puede que coman perdices Y sí, visto de este podo puede parece el final deseado para todas y cada una de las películas. ¡Pero no se dejen engañar lesbianas del mundo! Este tipo de final es propio de películas más actuales en las que la industria del cine invierte muchos, pero muchos millones a cambio, eso sí, de ofrecernos unos estereotipos de lesbianas que responden más a los deseos sexuales de guionistas y heterosexules que de la propia realidad de las lesbianas.

En definitiva, que la realidad de las lesbianas, de puertas para afuera del colectivo, parece un mundo retorcido y conflictivo, en el que la felicidad no existe y la estabilidad de las relaciones parece inalcanzable, -la estabilidad o simplemente el vivir con total libertad la orientación sexual de cada una-. Por lo que, los que manejan la industria del cine entran en un bucle de moralidad y deSconocimiento, que acaba dando como resulTado películas que sería mejor no haber visto nunca.

No obstante, tranquilidad, insisto en la existencia de películas absolutamente maravillosas y que reflejan la realidad de manera mucho más objetiva pero, de ellas, hablaremos el próximos artículos.



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