viernes, 13 de diciembre de 2013

La incomprensión de las feministas.

#AlertaFeminista

¡Bueno mujer, no será para tanto! ¡Pero no te alteres! ¡Es que esas no son formas! ¡Estás histérica! ¡Antihombres! ¡Feminazi! ¡Bruja! ¡Hembrista!...


Y, mi favorita, "¡Es que si gritas pierdes la razón!". Ajá, tiene toda la lógica del mundo porque esto quiere decir que si viene un Ministro, de cuyo nombre no quiero acordarme, y decide retroceder a la España más conservadora, aprobando e imponiendo unas leyes machistas, paternalistas y controladoras con la sexualidad de las mujeres y yo elevo la voz para decirle que eso ni se le pase por la cabeza porque es injusto, instantáneamente pierdo la razón. ZASSSSS (espero que nadie lo haya leído muy alto porque habrá perdido la razón). Y lo que es más importante aún, si yo pierdo la razón quiere decir... ¿que la tiene él? Pues entonces aquí hay algo que no me cuadra. Porque si grito, aún teniendo la razón, la pierdo pero si no grito él va a seguir aprobando sus leyes sin que nadie lo detenga... ¡Espeluznante!

Pare reflejar la incomprensión de las feministas he elegido unas expresiones que resumen sólo una milésima parte de las estupideces a las que a diario debe hacer frente una feminista cuyo objetivo, demasiado ambicioso al parecer, es alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres. Objetivo admirable, nadie lo puede negar y reitero que nadie lo puede negar porque un movimiento que pretende liberar de la discriminación y la sumisión a la mitad de la población para que la totalidad de la sociedad disfrute de sus beneficios no puede ser juzgado como negativo por nadie. ¿O sí?


El problema está en que para poder alcanzar dicho objetivo es preciso llevar a cabo muchas acciones de tipo educativo, de sensibilización, de reivindicación, de visibilización de situaciones injustas... y claro, ahí debe estar lo incómodo del asunto. Porque con estas acciones se están sacando a la luz la discriminaciones, las injusticias y la basura en general en la que sustenta esta sociedad, esta basura que, dicho sea de paso, siempre recae sobre nosotras, las mujeres.

Porque vamos a ver, ¿a quién no le gusta disfrutar de sus derechos fresquitos? ¿A quién no le da seguridad enfrentarse a una situación y saber que tiene las de ganar porque la ley la respalda? Mmmm, conmovedor.

La cuestión es que, para que eso suceda, es preciso que primero se haya llevado a cabo muchas acciones, movilizaciones, concentraciones, reivindicaciones, exigencias y/o campañas para demostrar que una situación es discriminatoria con las mujeres y ahí ya la gente se pone quisquillosa. ¿Creerán estas personas que te miran con caras asombradas y susurran a tus espaldas que los derechos y las garantías legales les caen del cielo? ¿Creerán de verdad que las leyes no son injustas y heteropatriarcales? ¿Creerán de verdad que leyes, elaboradas mayoritariamente por hombres, para legislar sobre el cuerpo de las mujeres, tienen como objetivo final garantizar nuestros derechos y no, como sucede, tener un fin paternalista y controlador para tutelarnos como si fuéramos eternas niñas? ¿De verdad hay alguien que siga creyendo eso? 

Dentro de una semana, dos a lo sumo, ya ha "amenazado" el Ministro de Justicia que se procederá a la modificación de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Las redes sociales empiezan a caldearse, las asociaciones de mujeres, movimientos feministas y demás empiezan a establecer líneas de acción como #AlertaFeminista: "Pacto entre mujeres por los derechos sexuales y reproductivos y de la IVE" o la concentración ante el Ministerio de Justicia.

http://alabortaje.blogspot.com.es/?m=1
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No obstante, mientras parte de la población se va movilizando para luchar por los derechos de todas las mujeres tendremos que seguir escuchando...

¡Bueno mujer, no será para tanto! ¡Pero no te alteres! ¡Es que esas no son formas! ¡Estás  histérica! ¡Antihombres! ¡Feminazi! ¡Bruja! ¡Hembrista!...

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